
RELACOF
RECONOCER CON EL CORAZÓN
Por Luz Betancur Posada, miembro de RELACOF

Muchas cosas se han mantenido ocultas para nosotr@s… Hasta que llega ese momento donde debemos encarar “eso” que ha estado oculto. Llega ese tiempo preciso para poner nuestra atención en lo que quiere salir a la luz.
Para recibir lo que ya no quiere estar oculto, nuestra actitud debe ser de mucho respeto y apertura, que sea nuestro corazón desde el amor quien tome lo que se nos quiere revelar. Los regalos se toman con gratitud, sabiendo que fueron pensados personalmente para nosotr@s y que ya nos pertenecen cuando llegan a nuestra vida. Cuando algo se nos devela podemos tomarlo como un regalo, esto no significa que lo recibido sea del completo agrado nuestro; llegaran cosas que superaran nuestro entendimiento, es por eso que nuestro corazón juega un papel muy importante.
Solo con el corazón podemos reconocer lo que nos llega a ser extraño y hasta indiferente. Solo desde el corazón, lo que antes ha permanecido oculto, podrá ser mostrado, acogido y Asentido. Cuando nos instalamos en nuestro corazón y el amor que allí habita nos mueve, ayudamos a nuestra mente a estar abierta para que lo esencial sea accesible a nosotr@s.
El corazón nos ayuda a detenernos, en quietud, invita a la mente a desapegarse de las expectativas, de las intenciones y de cualquier deseo u obsesión que nos impida ver, escuchar, sentir y gustar de lo esencial en TODO.
Ese “miedo” que experimentamos ante aquello que se nos pueda revelar, es un miedo que nos podrá ayudar a transformar nuestra forma de pensar, nos ayudará a disponernos a lo que pueda venir; convencid@s que todo lo que nos sea entregado tendrá un efecto sanador para para nuestra alma y nuestro espíritu. Lo esencial llega como un destello de luz que penetra todo nuestro ser y nos tatúa para siempre, y aunque quizás no recordemos en algún momento lo sucedido, aquello comprendido en su momento, nos modificó en algo para siempre.
Las y los invito a estar en cada momento de nuestra vida desde el corazón. Desde el momento en que nos levantamos hasta el instante en qué vamos a descansar de noche, que sea nuestro corazón quien ayude amorosamente a nuestra mente a entrar en quietud, a despejarse para poder ver en todo lo que es esencial.
Dejemonos tocar, tatuar para siempre por la Luz, que desde la oscuridad se nos quiere revelar.